martes, 3 de julio de 2012

Locución en radio: la respiración diafragmática


Respiración diafragmática


La práctica de esta respiración te dotará de mayor capacidad de aire con la consecuente mejoría a la hora de locutar. 

Es muy importante la gestión del aire exhalado, ese aire que utilizamos para hablar delante del micrófono; al tener cada vez más capacidad de aire e ir gestionándolo mejor evitaremos que mientras locutamos, la cara se torne a tonalidades moradas o, en el peor de los casos, tengan que asistirte con reanimación cardiopulmonar; sin embargo, lo más típico, será que se escuche una inhalación desesperada por un mal cálculo de nuestras capacidades. 




Al igual que el coche te indica que entras en reserva de gasolina, debemos conocernos hasta que sepamos en qué momento entramos en reserva de aire para encontrar esas coma que nos permita "cargar" otra vez.

(Fuente, www.euroresidentes.com)


Ejercicios

(Si los haces diariamente durante seis meses, pasas a nivel experto)


Lo primero, es la sugerencia de cambiar la idea de no tengo buena voz por no sé respirar correctamente. El aire es la materia prima de la fonación. ¿Se cansa al leer mucho en alta voz?. ¿Su voz es débil?. ¿Le sale temblorosa, le falta firmeza?


A lo mejor le falte el aire. La única solución a estas deficiencias está en aprender a respirar correctamente.
La respiración correcta se denomina DIAFRAGMÁTICA, porque depositando el aire en el abdomen se logra que el músculo diafragma sea el soporte y la catapulta del aire que hará vibrar sus cuerdas vocales.


Aspire profundamente y mida el tiempo que puede leer hasta necesitar aire nuevamente o, también, prolongue una vocal (Ej. aaaaaaaaaaaaaaaaaa … ) y cronometre su duración hasta que se quede sin aire. Probablemente serán 10, 15 ó 20 segundos lo que duró su aire. Esto quiere decir que no entró suficiente porque no hemos acostumbrado a nuestro reservorio (músculos abdominales y pulmones) a acumularlo.


A esta falta de costumbre o de ejercicio, se debe que cuando aspiramos profundamente en un campo abierto tenemos sensación de ahogo.

Entrenemos nuestro pecho para la respiración abdominal:


§ Por la nariz, aspire lentamente, cuidando que el aire que toma empuje los músculos del abdomen. Sienta cómo su estómago tiende a levantarse. Usted no solamente está llenando sus pulmones sino también la cavidad abdominal.


Después, lentamente, expela el aire como si estuviera soplando suavemente. Note que, cuando suelte el aire, su estómago se irá desinflando, ponga durante el ejercicio su mano en el ombligo o bajo éste. Se recomienda hacer esta práctica diez veces en la mañana y diez veces en la noche, durante siete días. Poco a poco usted se dará cuenta de que su caja torácica pide o está más dispuesta a recibir mayor cantidad de aire. Estas respiraciones abdominales deben ser profundas y lentas. Nada ganará con ejercicios bruscos.



Para hacer las prácticas de respiración siéntase tranquilo y relajado. Cuidado especial: cuando respire, no levante el pecho ni los hombros.

§ En la segunda semana, aspire en la forma indicada (sintiendo como se llena su cavidad abdominal) y, luego de la aspiración profunda, detenga el aire introducido (10 segundos) y luego suéltelo soplando lentamente.

Realice esto diez veces en la mañana y diez, en la noche, durante una semana.

Al principio le puede parecer un poco cansada esta práctica, pero, poco a poco, su organismo se irá acostumbrando a respirar correctamente e irá descubriendo que, efectivamente, sí podía más.
§ Con estos simples ejercicios, usted ya va conociendo la técnica de la respiración abdominal o diafragmática.
En la tercera semana ya vamos a aprovechar esa respiración para administrar mejor el aire y transformarlo en sonidos:

para ello, al expeler el aire, en lugar de soplar lentamente, emitiremos el sonido de la letra u, de manera continua, sin cortar la salida del aire: uuuuuuuuuuuuuuuuuu …
La emisión del sonido debe ser suave, muy débil, para no gastar aire. Se recomienda la letra u porque la posición de los labios para pronunciarla evita que derrochemos aire -es la vocal más cerrada-.

Así empezamos a ejercitar una mejor administración del aire y el control de los múltiples músculos que intervienen en el lenguaje oral. No se preocupe si al principio le sale la letra uuuuuuuuuuu … un poco temblorosa o con variaciones.

Precisamente, eso le demostrará que aún no domina la “salida del aire”, porque, mediante el ejercicio continuo, sonará uniforme y firme. En realidad podríamos comparar nuestra expulsión de aire con una llave de gas o de agua. Podemos regular la salida del agua, abriendo la llave para que salga un chorro fuerte y grande, o cerrándola, para que salga un chorrito débil y delgado, pero uniforme.

Así, nuestros sonidos pueden salir fuertes o débiles, dependiendo de la cantidad de aire que utilicemos en su emisión y de la técnica que utilicemos para fortalecer los músculos correspondientes.

§ A partir de la cuarta semana, y con el mismo ritmo de práctica, realice aspiraciones profundas y emita sonidos con diferentes vocales pero variando la intensidad; es decir, unas veces haciéndolas sonar fuerte y otras muy débiles. Obviamente, cuando produzca sonidos fuertes, el aire se le terminará más rápido; pero así aprenderá a dominar su salida y a conocer variaciones de modulación.

§ En la quinta semana, entramos a la diferenciación de sonidos nasales: con el mismo aire, en vez de vocales, pronuncie las letras m y n. Para el efecto, aspire profundamente, haga sonar mmmmmmmmmmmm… y nnnnnnnnnnnnnnnnnn…. alternadamente en cada respiración. Ponga especial atención a la repercusión de esos sonidos en toda su cabeza. Sienta como toda ella vibra. Notará que el aire sale por la nariz cuando dice mmmmmm… o nnnnnn… y que resuenan en su cabeza.

Compruébelo tapándose un segundito la nariz. Cada vez, trate de que esos sonidos se escuchen más fuerte.
Luego, mezcle esas consonantes con vocales. Por ejemplo: nnnnnnnnnnnnaaaaaaa … nnnnnnnnnnnneeeeee … (imite un mugido) mmmmmmmmmmmmmmmuuuuuu …. etc.

A estas alturas de la práctica, ya no tiene que respirar diez veces en la mañana y diez en la noche, sino que usted mismo se irá imponiendo un exigente ritmo de práctica, que no lo lleve al agotamiento pero que le ayude a dominar la emisión de sonidos fuertes y débiles.

§ En este momento la fuerza de sus sonidos será mucho mejor que hace un mes. Sin embargo, estamos comenzando…

Ya puede tomar más aire y se está fortaleciendo esa membrana llamada diafragma

§ Ahora usted, gracias a su respiración, podrá sentir la diferencia entre lo que es gritar y lo que es hablar alto. Cuando grita, está irritando su garganta y forzando sus cuerdas vocales. En cambio, cuando habla en alta voz, solamente está utilizando mejor su aire y proyectando más el sonido.

Para proyectar o colocar mejor su voz vienen estos ejercicios: procure que el sonido producido por el paso del aire por sus cuerdas vocales, haciéndolas vibrar, choque y resuene en su paladar y salga fuerte, claro y sonoro, hacia afuera

Practique cantando alguna frase musical.

Levante su cabeza para que el sonido pueda salir entero. Imagínese que está enviando su voz a una cierta distancia (por ejemplo a 5 metros) y que debe llegar hasta allá con todo su fuerza y claridad.
Luego, imagínese que su voz debe llegar a 10 metros y procure que llegue directa, nítida y fuerte.

También es bueno alternar variando el volumen; es decir, en otro momento cante muy bajito (piano) como si cantase al oído de una persona. Pero siga sacando su aire correctamente, continúe con la respiración diafragmática y solamente reduzca la intensidad de su expulsión de aire.
 Sólo debe variar el volumen pero cantando fuerte o piano, se debe escuchar igual, esté muy cerca o a distancia.
 Finalmente, otro ejercicio para controlar o administrar la salida de su aire: tome una vela encendida y acerque sus labios a unos cuatro o tres centímetros de la llama (sin quemarse, por favor) y pronuncie prolongadamente la letra u. El sonido (aire) debe salir muy despacio. La práctica está en no apagar la llama. Desde luego, esto se conseguirá si domina, regula o administra su aire, porque si expele muy fuerte, apagará la llama.
Haga este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que diciendo: uuuuuuuuuuuuuuuuu… muy cerca de la llama, no la apague.
Otra vez la comparación: así está aprendiendo a controlar la llave de aire.
Insista en todos los ejercicios que hemos visto y alterne pronunciando frases o cantando un poco, una vez suave y otra vez fuerte.

FUENTE: Josep Ant. Foro de locución. Citando a  Mª Eugenia Hernández Martínez. Catedrática de la Universidad Autónoma de Occidente. Santiago de Cali.

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